Austria casino – juego de nivel europeo

¿Estás planeando un viaje a Europa, y tu objetivo es no solo un viaje turístico, sino también un Gambling activo? En este caso, definitivamente debe visitar el casino de Austria, cuyas casas de juego son capaces de satisfacer todas sus solicitudes. Es notable que este país no solo se distingue por los hermosos paisajes naturales y el excelente clima, sino también por las atracciones y la cultura. Pero, lo más importante, aquí se puede disfrutar de un excelente Servicio y jugar a los mejores juegos de azar!

Por lo tanto, en el territorio de Austria hay 12 grandes casinos. También un gran número de casinos en línea que se recogen hier austriawin24.at, todos los días toma jugadores de Austria y toda Europa. Debido a los cambios en la legislación del país, en algunas ciudades (Viena, Kitzbühel y Seefeld), el casino fue eliminado, pero la mayor parte continuó su trabajo.

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Además, cada cliente del casino puede disfrutar de un excelente Servicio y visitar espectáculos fascinantes que la administración de la Institución de juego organiza sistemáticamente. En la entrada VIP, los huéspedes reciben chips de 25 euros y ofrecen una Copa de champán. En el casino de Bad Gastein se crea un espíritu de aristocracia, sentir que-vale la pena.

En esta Institución de juego se realizan sistemáticamente actividades para los amantes del póker y los juegos de azar. El sitio web oficial del casino siempre contiene la información más reciente y actualizada sobre el evento. Los coches de los huéspedes del hotel y los jugadores del casino se montan en el territorio del Aparcamiento de varios niveles APCOA Garage, cuyos servicios son totalmente gratuitos.

Al igual que en muchos otros casinos de Europa, para entrar en el complejo de juego, es necesario estar bien vestidos y, si es necesario, Mostrar a los empleados de seguridad un documento de identidad. Pero si usted no tiene el traje adecuado, siempre se puede alquilar directamente en el armario del casino.

Sobre sistemas electorales

En estos últimos años se ha abierto un debate público sobre nuestra democracia, dentro de ese debate público nos encontramos los sistemas electorales, en este artículo voy a tratar de analizar algunos conceptos y sistemas electorales.

En este post me voy a centrar en la confección de un parlamento, comenzando con algunos detalles como las barreras de entrada que tenemos y las circunscripciones, después hago un pequeño repaso de la ley d’hont y oros métodos como el VUT

Aprovecho para pedir a muchas personas, incluidas políticos profesionales de partidos pequeños, que dejen de echar la culpa a la Ley d’Hont, que para mi, y lo desarrollaré en este post, es la mejor fórmula matemática de reparto. Además incluyo una sección de «nuevas posibilidades» menos técnica y más política. No obstante está fuera de este post todo lo que es democracia 4.0, referéndum, revocaciones, ilps, participación ciudadana, etc.

El post lo tengo dividido en secciones que pueden ser leídas por separado, aunque para mi «defensa» de la ley d’Hont es interesante leer la sección que explica el método del resto mayor.

Límite del 5%

En las elecciones municipales hay un límite del 5%, es decir, si consigues un 4,5% de votos aunque te corresponda no entras en el reparto de escaños, en las elecciones al congreso, que se elije por provincias, se necesita un 3%

Este umbral en muchas ocasiones es irrelevante, por ejemplo en las elecciones al congreso en la mayoría de provincias no se llegan a repartir más de 10 diputados, por lo que para conseguir un diputado necesitas bastante más de un 3%. En el congreso este umbral solo tendrá efectos en provincias donde se repartan más de 20 diputados aproximadamente, y en España esto solo ocurre en Madrid donde se reparten 36 o en Barcelona donde se reparten 31, la siguiente provincia donde se reparten más diputados es en Valencia y para conseguir un diputado necesitan un 5-6%, por lo que el límite del 3% no tiene ningún efecto.

En las elecciones municipales el límite es un 5%, y al ser circunscripción única si que hay mucho más casos de partidos que se quedan sin representación por esa norma, pero en municipios de menos de 10.000 habitantes donde no se elijen más de 13 concejales tampoco tiene efecto.

Circunscripciones

El mayor problema del sistema electoral en España (junto con el límite del 5% en las municipales) son las circunscripciones, tanto por los efectos que provoca la propia circunscripción como porque el número de diputados que se elije en cada provincia no es proporcional a la población.

El congreso lo componen 350 diputados, cada año en función de la población puede cambiar cuantos diputados se elijen por cada provincia. Primero se reparten 2 diputados a cada provincia, y un diputado por cada ciudad autónoma (Ceuta y Melilla) y el resto de diputados se reparten por el método del Resto Mayor, lo que muchos consideran o llaman erróneamente reparto proporcional.

El problema no es solo la propia división por circunscripciones, que ya beneficia a los partidos más grandes, sino que además la asignación de diputados por provincia no es proporcional, ya que tienen 2 diputados «fijos».

Para explicar los problemas de este sistema solo hay que ver los resultados de cualquier elección general en España, o la elección de Bush como presidente de EEUU en las elecciones del año 2.000 teniendo menos votos que Al Gore.

Sistemas matemáticos de reparto: votos, partidos y asientos

La ley d’Hont, tan injustamente criticada, es para mí el mejor sistema matemático, hay que aclarar, que la ley d’Hont no es una ley jurídica, sino una ley matemática, como la ley de la suma.

El problema matemático sirve tanto para repartir un número de candidaturas, con sus correspondientes votos, como para otros cálculos de reparto, por ejemplo para calcular cuantos diputados le corresponde a cada provincia, o en el caso de EEUU, cuantos senadores se elijen en cada estado. En cualquier caso en los ejemplos vamos a hablar de votos, partidos y asientos.

El problema radica en que hay que repartir los asientos entre los partidos, pero no podemos dividir los asientos, no podemos dar medio asiento a una opción y medio a otro. (En realidad si se podría hacer, por ejemplo haciendo que el voto de un diputado valga 1/2 voto, o sencillamente contabilizando el valor del voto de cada diputado en función del número de votos recibido por ese diputado en las elecciones)

Perfección imposible

Es imposible encontrar un sistema que produzca un parlamento proporcional por la propia naturaleza del problema, imaginemos que hay 100.000 votos y 10 asientos. Si formo un partido que consigue 50 votos, no va a conseguir un asiento, por lo que hay un % de votos que no van a tener representación. Hay un % de votos que se pierden, por lo que al comparar el % de votos que tiene una opción y el % de asientos es normal que tengan un % de asientos mayor que el % de votos.

Método del resto mayor o Droop

El método del resto mayor o sistema de cociente y residuo electoral, llamado popularmente como «proporcional» (aunque no lo sea) consiste en calcular a priori cuanto cuesta cada asiento (total votos/asientos), y repartir «proporcionalmente» estos asientos. Este coste además de simplemente dividir asientos por votos (asientos/votos) o se puede usar el cociente de droop (1+(asientos/(votos+1))), o el cociente imperial (asientos/(votos+2)).

Esto genera dos problemas, en primer lugar que muchos asientos se quedan vacíos ya que uno que consigue 1,58 asientos solo consigue uno, y se queda «en el aire» ese medio asiento y pico (0,58).

Después hay que repartir los asientos que sobran, pero antes de ver como repartirlo tenemos que darnos cuenta que si aparece en juego un nuevo partido con X votos que no sirva para conseguir ningún asiento, influirá en los cálculos, ya que afecta al cálculo del coste de los asientos. También habrá que decidir si los votos en blancos se meten en el total de votos para calcular lo que cuesta cada asiento, lo que haría que elecciones con opciones con los mismos votos, puede variar el reparto en función de los votos en blanco.

Estos problemas generan que lo que se denomina la paradoja de Alabama, denominada así porque este era el método usado en USA para asignar cuantos escaños le corresponden a cada estado. En 1.880 se hizo un estudio para aumentar el número de escaños, calculando los distintos repartos de 270 a 350, esta operación descubrió que con 299 escaños a Alabama le corresponderían 8, pero si este número de escaños aumentaba a 300 a Alabama solo le correspondería 7.

Este efecto lógicamente no es deseable ni se puede llamar proporcional a un sistema de reparto cuando al aumentar lo que hay que repartir a alguien le «toca» menos, por ejemplo:

Imaginemos una elecciones donde participan 5 opciones, con estos votos:

A 450
B 400
C 300
D 130
E 60

Esto suman 1.340 votos en total, si repartimos 4 escaños corresponden 335 votos a cada escaño, y dividiendo tenemos los siguientes resultados:

A: 450 1,34    1    0    1
B: 400 1,19    1    0    1
C: 300 0,89    0    1    1
D: 130 0,38    0    1    1
E: 60 0,17    0    0    0

Pero si hacemos los mismos cálculos repartiendo 5 escaños, el «precio» del escaño bajaría a 269 pero aún así la opción D, que antes tenía 1, pierde ese escaño:

A: 450 1,67    1    1    2
B: 400 1,486    1    1    2
C: 300 1,11    1    0    1
D: 130 0,483    0    0    0
E: 60 0,22    0    0    0

Además este método muestra claras des-proporcionalidades, por ejemplo, la opción A tiene más del triple de votos que la opción D, por lo que no tiene mucho sentido que tenga, cuando se reparten 4 escaños, los mismos. De hecho en el primer [[sería el segundo caso no?]] caso la Ley d’Hont habría dado 2 escaños a A y ninguno a D, mientras que en el caso del reparto de 5 escaños ofrecerían ambos sistemas los mismos resultados.

Ley d’Hont

No voy a explicar como se calcula la ley d’Hont, porque muchas personas que saben calcular un reparto en función de la ley d’Hont lo hacen sin conocer las bases matemáticas de este sistema.

Mientras que en el sistema de resto mayor se establece el precio de un escaño, y después se reparten los decimales, lo que trata de conseguir la Ley d’Hont es calcular un precio para el escaño de manera que a ese precio se repartan todos los escaños.

En el método basado en una tabla, donde se apuntan los votos de cada opción, y después divididos entre 2, entre 3, entre 4, etc., lo que en realidad estás calculando es cual es el precio que debería estar el escaño para conseguir 1, para conseguir 2, etc.

Otros métodos de reparto

En lo que se refiere al reparto proporcional, existen otros métodos pero la gran mayoría son solo pequeños cambios en la ley d’Hont o en el método del resto mayor para favorecer a las opciones pequeñas o a las opciones mayoritarias, ya sea en nombre de la pluralidad o de la gobernabilidad respectivamente.

Listas abiertas y nuestro senado

El único sistema de listas abiertas que conozco es el del senado y no se si habrá alguno mejor, pero es bastante precario, porque consiste en:

Se reparten 4 senadores por provincias (en Ceuta, Melilla y las islas es distinto), se presentan 3 senadores por cada partido y  todos los senadores aparecen en una misma papeleta.

El elector puede marcar hasta 3 opciones, y el 99% suele marcar los tres del mismo partido. Eso significa que el partido con más votos consigue que sus 3 candidatos consigan escaño, el senador más votado del segundo partido más votado es el que consigue el cuarto escaño, es decir, en casi todas las provincias el que tiene más votos (sea un 40% o un 90%) consigue 3 escaños, y el segundo partido consigue 1.

Para hacer elecciones basadas en personas y no en partidos (o imaginar sistemas mixtos), ver la sección de Voto VUT (Voto único Transferible).

Nuevas posibilidades

Los sistemas electorales tienen su origen en los medios que se tenían en el siglo XIX, al inicio de este artículo, al plantear el problema matemático de como repartir los escaños, apuntaba que no se pueden dar 1,34 asientos a un partido, pero eso podría ser posible.

Tenemos un parlamento de 350 diputados, lo que significaría que una opción política con 0,286% de votos tendría que tener representación, pero lo que en realidad necesitas para conseguir un diputado es algo así como un 50% si te presentas en Ceuta o Melilla donde solo tienen un diputado, o un 10-25% de votos en la mayoría de provincias, donde se reparten entre 8 y 4 diputados.

Si a esto le sumamos la disciplina de voto y que en los debates solo puede hablar un persona por grupo político, tiene poco sentido ese gran parlamento y es hasta lógico que lo encontremos vacío la mayoría de veces.

Decía al principio que un escaño no se puede dividir, pero porque estamos pensando en voto y escaño como una única cosa, pero ya que los partidos votan en bloque, es lógico preguntarse por qué no emitir un único voto común como partido, y en vez de votar por escaños, es decir, partido X tiene X escaños/votos, podríamos establecer que el valor de los votos del partido X sea el de los votos que ha recibido el partido. Muchos dirán que eso daría mucho poder a la persona encargada de decidir el voto del partido, pero actualmente los diputados están totalmente ciegos y sordos y nunca, nunca, difieren de lo que su partido le ordena votar.

Es más, podríamos incluso tener partidos políticos con pocos miles de votos, sin escaño ni representación, pero que pueden votar en nombre de esos votos que han recibido. Simplemente el hecho de que en vez de un diputado un voto, el voto de cada diputado valiese el número de votos que han votado a ese candidato, haría mucho más representativas las votaciones en el congreso.

Los medios técnicos actuales facilitarían estos cálculos automáticos, que en el siglo XX hubiese tenido grandes dificultades técnicas que retrasarían y entorpecería bastante la gestión de las votaciones. De hecho lo que yo apunto aquí es mucho más conservador que otras opciones como el voto delegado o democracia 4.0.

Voto VUT

El Voto Único Transferible es un método que evita que, como ocurre actualmente, si votas a un partido que no obtiene representación, tu voto se tira a la basura. El VUT trata de evitar el llamado «voto últil», es decir, votar a una opción que realmente no es tu preferida para hacer más «útil» tu voto.

En el sistema VUT al votar elijes varias opciones y las ordenas por preferencia, y si tu primera opción no consigue representación es como si hubieses votado a la segunda opción.

El sistema lo que hace es simular primeras y segundas vueltas, es especialmente interesante para elecciones unipersonales o parlamentos de pocas personas, porque si queremos elegir directamente a las personas de un parlamento debemos conocerlas, y conocer a las 350 diputados, más las opciones extraparlamentarias, no es realista. También es útil para la elección de órganos colegiados, ejecutivas, juntas directivas, etc. En organizaciones políticas y asociaciones es especialmente interesante porque no convierte las elecciones en un proceso competitivo que termina simplificándose en dos bandos/candidaturas.

El sistema se basa en elegir una serie de candidatos, y votar por todos ordenándolos, de manera que si tu primera opción no tiene apoyo suficiente para conseguir un escaño, es igual que si hubieses votado a tu segunda opción.

Imaginémonos que hay que elegir a 5 de 10 candidatos (A-J), en tu papeleta pones tus opciones organizadas por prioridad.

En el recuento se hace primero un recuento mirando solo las primeras opciones, por ejemplo para 1.000 votos

A-300
B-210
C-145
D-115
E-105
F-60
G-30
H-20
I-10
J-5

Como hay que elegir 5 candidatos con 1.000 votantes, cada 200 votos debería dar derecho a un escaño, si ningún candidato hubiese llegado a 200 votos se eliminaría de las papeletas la opción con menos apoyo, las papeletas cuya primera opción fuese este partido dará su voto a la siguiente opción.

En el caso anterior, como a A solo hace falta 200 votos para un escaño, y le sobran 100, a esas papeletas se le elimina la opción ganadora, y como de esos 300 votos se han utilizado 200, sobran 100 votos, esas 300 papeletas siguen usándose, pero cada papeleta ya no valdría un voto, sino 0,3 votos. Esas papeletas, con menor valor siguen utilizándose pero votando a la siguiente opción.

Es decir, si tu has votado en primer lugar a A, de tu voto, solo se usa dos tercios, que son los necesarios, el otro tercio de tu voto va a tu segunda opción.

Este sistema evitar que el elector no vote a quien considere su mejor candidato porque no tenga posibilidades de salir.

El mayor inconveniente es que al ser complejo el sistema de recuento genera desconfianza, y que el recuento, cuando hay miles de votos, debe hacerse automáticamente por ordenadores, no obstante no evita que cualquiera pueda simular su propio recuento y reparto si conoce los votos.

Enlaces externos:

VUT (Voto Único Transferible)

http://es.wikipedia.org/wiki/Voto_%C3%BAnico_transferible
http://demopunk.net/sp/sp/pool/stv01.html

Ley d’hont
http://www.portalelectoral.es/mapas/prueba1.htm

La Paradoja de Alabama
http://barrapunto.com/~isard/journal/571

A tener en cuenta en un proceso constituyente

Este texto trata de ser una herramienta para el debate sobre el proceso constituyente, siendo un texto subjetivo y personal creo que analiza los distintos aspectos de un proceso constituyente y es útil para profundizar.

El debate sobre la necesidad de un proceso constituyente ya está presente en nuestra sociedad, que en los últimos años ha sufrido una crisis no solo económica sino también de las instituciones, con un punto de inflexión el 15 de Mayo de 2011, la crisis económica ha agravado el rechazo de los ciudadnos a las instituciones, rechazo que ya era preocupante antes del 15m, donde los políticos ya tenían un gran descrédito.

A partir del debate público sobre nuestra democracia que lanzó el 15m se ha ido contagiando la idea de un proceso constituyente.

Muchas de las reivindicaciones que detectamos en las movilizaciones más importantes no son posibles alcanzar individualmente, los recortes en los servicios públicos son generalizados y tienen todos una causa común. Las decisiones políticas que los ciudadanos identifican como agresiones por parte de los dirigentes tienen su origen en un proceso constituyente «desde arriba» que trata de desmantelar el estado del bienestar a favor de intereses económicos y en un estado democrático precario, sin herramientas efectivas de participación directa, unos partidos políticos no democráticos, un sistema electoral que penaliza e insiviliza las minorías y una fuerte pérdida de poder del estado/nación frente a instituciones supranacionales no democráticas. Los casos de corrupción son solo la parte más escandalosa de unas instituciones al servicio de intereses económicos de personas distintas a las que votan.

Lo que se pone de manifiesto para las clases trabajadoras que sufren la recesión y los «ajustes» es que el reparto de las ganancias y esfuerzos no es justo, y no es justo por decisiones concretas que el gobierno toma. Se han disparado las audiencias de programas informativos, la presencia de temas políticos en las redes sociales y la política como tema de conversación en lugares de ocio. No obstante los análisis que hacen los medios de comunicación, las clases populares y los movimientos sociales sobre la estructura del estado son aun demasiado simplistas y sin produndizar demasiado.

En este escenario es importante profundizar sobre los conceptos de representación, democracia, transparencia, liderazgo, partidos políticos, etc., actualmente predomina el rechazo al estado actual de las cosas, la crítica y rechazo a quienes nos gobiernan y quienes nos han gobiernado, pero el debate público aún no ha llegado a tocar las posibles alternativas de cambio.

El estado de malestar e indignación provocado por la estafa financiera global y la crisis de las instituciones genera un caldo de cultivo ideal para opciones populistas, es decir, propuesta políticas de maquillaje que ante la apariencia de un cambio, y usando el mismo lenguage que los movimientos con un carácter más transformador, proponga un cambio estructural que no ponga en peligro a los verdaderos privilegiados, que más allá de los políticos son una clase empresarial que se intercambia favores y grandes multinacionales (no solo bancos) que impiden cualquier tipo de legislación que les pueda perjudicar sus negocios.

Ante un proceso constituyente hay que ser conscientes de que el resultado depende principalmente de tres factores, el proceso en sí, los temas/ejes que más acaparen el debate público y la correlación de fuerzas.

Los temas/ejes

Cuando hablamos de proceso constituyente, en según que entornos, los temas que más interesan son muy dispares. Los partidos políticos actuales, de manera muy conservadora, apuntan a algunos cambios constitucionales menores, compatibles con un posible pacto PP-PSOE de reforma constitucional, que incluye «apaños» en la ley electoral, financiación autonómica, estructura territorial, algo de transparencia y como mucho cambio o reforma de determinadas instituciones (órganos judiciales, defensor del ciudadano, tribuna de cuentas, etc.) y sobre la estructura territorial. En general «el sistema» tratará de hacer cambios que mantenga los privilegios y poder de influencia de la oligarquía económica sacrificándose las cuestiones más simbólicos (monarquía, religión, etc.)

Más allá del plano institucional existe un deseo político/social creciente sobre limitar el poder del modelo representativo, con herramientas de revocación y participación como mínimo con ILPs convertibles en referendums vinculantes sin poder de veto por parte de los representantes electos. En general se detecta un agotamiento de la democracia representativa y una necesidad de herramientas de paticipación directa y de control de los representantes.

Tenemos una oportunidad para implantar una transparencia radical en las cuentas públicas y actividad política solo limitada por los derechos a la privacidad de las personas y por las posibilidades técnicas. Esta transparencia y esta información es además necesaria para la participación directa de los ciudandas en las decisiones políticas y para evaluar la gestión de los recursos públicos.

Las nuevas tecnologías abren nuevas posibilidades para democratizar más la toma de decisiones política y supervisión pública y sería una oportunidar tener este aspecto en cuenta transversalmente. Un proceso constityente en un estado formalmente democrático supone un reto más interesante y permite una mayor innovación.

Según el contexto cada sensibilidad cuando habla de proceso constituyente se suele centrar/motivar en una parte de los temas, tienen mayor protagonismos los referentes a las estructura y organización del estado que aquellos aspectos que puedan servir para mejorar las condiciones de vida real de las personas, la defensa de los derechos humanos y los derechos sociales, como simple enumeración estos temas a mi modo de ver serían:

– Lo relativo a los impuestos y el tratamiento fiscal de las grandes fortunas y empresas, los paraisos fiscales, el sistema bancaria y la deuda pública.

– Los servicios públicos (sanidad, educación, dependencia, etc.)

– Las protecciones sociales; desempleo, renta básica, dependencia, derechos laborales, etc.

La posibilidad de incluir estos ejes en un nuevo proceso constituyente, o que pasen desapercibidos, dependen de la posibilidad para los distintos actores de poner en el debate público un tema concreto, y de su poder comunicativo para explicar las mejores opciones. El proceso constituyente debe servir no solo para garantizar jurídicamente aquellos derechos que actualmente la constitución no es capaz de garantizar (trabajo digno, sanidad, educación, vivienda, etc.) sino ampliar la carta de derechos sociales.

El proceso

El agotamiento del modelo representativo, sin vias de participación y control efectivo de los ciudadanos sobre los representantes, hace necesario un nuevo modelo de estado que permita una monitorización de la actividad gubernamental, y una participación directa de los ciudadanos en los asuntos públicos.

El proceso constituyente debe reflejar también estos deseos de participación directa, tanto en el modelo de estado resultante del proceso, como en el propio proceso.

Lo habitual en un proceso constituyente es la creación de una asamblea constituyente, que no es más que una cámara representativa (como los son nuestras cortes) elegida mediante un sistema concreto, que genera una constitución que después es llevada a referendum.

El sistema de elección de este parlamento y su tamaño marcará irremediablemente sus resultados. Las propuestas más conservadoras apuestan por los llamados «diputados de distrito» con amplios poderes, mientras que las posiciones más progresistas deben apostar por circuscripciones amplias y parlamentos representativos de la pluralidad social del pais. Frente a las listas de partidos están las posibilidades de listas abiertas y elección por voto único transferible para conformar parlamentos los más representativos posible de la sociedad.

El proceso constituyente no puede realizarse como en el 78, por parte de un grupo de «elegidos» que llegue a un consenso, sobre todo porque el proceso constituyente debe profundizar más en la democracia, superando la democracia representativa.

El proceso constituyente tiene que ser transparente y permeable para la ciudadanía, el estado resultanto de un proceso constituyente serán tan democrático como lo sea el propio proceso. Un proceso constituyente sin poder de influencia por parte de la ciudadanía no serviría para construir un estado más democrático.

Dentro de un estado totalitario, los procesos de liberación se han dividido en lo que se ha simplificado como rupturista/reformista. La mayoría de procesos constituyentes han consistido en una vanguardia que arrebata el poder y una vez con el poder establecer un nuevo modelo de estado o por parte de una negociación entre el poder establecido y los nuevos movimientos políticos, donde el poder negocia unas cesiones para mantener algunos privilegios.

En ambos casos se trata de un proceso poco participativo y centrado principalmente en una lucha por los espacios de poder por parte de las organizaciones políticas.

Un proceso constituyente en una democracia formal permite soluciones rupturistas y participativas que pueden ser puesta en marcha sin necesidad de vanguardias, a través de opciones electorales después de un proceso de convergencia social. Lo realmente complicado es ganar la opiníon pública y construir ese proceso de convergencia.

La correlación de fuerzas

Todo proceso legislativo y de reformas es el resultado de una negociación o enfrentamiento donde ni la ruptura ni la reforma es total, se llegan a unos acuerdos, consensos, cesiones o mayorías sociales, donde los poderosos pueden llegar a ceder para evitar una perdida total de privilegios, o donde los menos favorecidos se dan por satisfechos por determinadas cesiones.

En un hipotético proceso constituyente determinados sectores se organizarán y usarán todas sus armas, para conservar sus privilegios, y atacar toda propuesta que pueda poner en peligro el poder de influiencia de los grandes intereses económicos sobre las decisiones políticos, no solo los bancos, la industria armamentística, compañías eléctricas o telefónicas garantizan su negocio en base a influir sobre las legislaciones y la gestión política.

La capacidad para combatir estas presiones depende del grado de cohesión, organización y capacidad de respuesta e influencia de la ciudadanía en general y de las organizaciones que adquieran protagonismo y capacidad de interlocución para colocar en el debate público estos temas.

Esta capacidad de influencia se puede dar por parte de nuevas organizaciones con vocación constituyente o tras un proceso de convergencia, pero será necesario sensibilizar a la población sobre las estructuras económicas que hacen posible la explotación y desprotección de los ciudadanos frente a grandes intereses económicos. Ninguna vanguardia por mucha razón que tenga, ni aunque recoga deseos del 99% de población, podrá luchar contra los poderosos sin la implicación de una manera u otra de gran parte de la sociedad.

El descrédito de las instituciones y el agotamiento de un modelo institucional, solo garantizará un proceso de transformación institucional, pero no que este cambio ponga realmente en peligro el dominio de las élites financiera sobre los estados y la democracia.

Un proceso constituyente sin una ciudadanía organizada, o al menos activa y altamente crítica, sería aprovechado por opciones populistas, que propongan reformas, muchos incluso de profundo cambio estructural de las instituciones, pero que no ponga en peligro a las élites económicas. Movimientos populistas que haciendo suyas identidades y reivindicaciones del movimiento en nombre de la unidad rechacen cualquier tipo de discurso que ponga en evidencia la desigualdad de los intercambios económicos.

Eso fue al fin y al cabo el fascismo, que surgió para combatir las revoluciones comunistas autoimponiéndose las etiquetas de moda de la época (sindicalismos y socialismo) y buscaron cabezas de turco a quien echarle las culpas y concentar el odio e indignación sin que las clases altas sufran ningún tipo de pérdida de privilegios. No es complicado comprobar como en nuestro entorno están surgiendo este tipo de discursos, tanto dentro de los partidos políticos, como en nuevos partidos políticos y en los medios de comunicación.

Primeros pasos con Gephi

Esto es un minitutorial, pensado para aquellas personas que quieran iniciarse en Gephi, no soy ni mucho menos un experto en este tema, esta entrada pretende ser una ayuda para comenzar.

Vamos a hacer unas primeras operaciones con un fichero, que podéis descargar aquí, se trata de la relación entre unas 3.000 cuentas de twitter. El Gephi que estoy usando está mitad en castellano y mitad en inglés, tenerlo en cuenta a la hora de seguir mis indicaciones.

Primero vamos a Gehpi y Archivo/Abrir y abrimos este fichero: 15m.2013

Una vez abierto ya salen los nodos, nos vamos a quedar en «Vista General» donde aparecen 3 columnas, la primera con las pestañas Particionamiento y Clasificación, en la segunda está el grafo, y en la derecha contexto, estadísticas y filtros.

En estadísticas vamos a ejecutar 2, la modularidad y la centralidad de vector propio. La modularidad trata de detectar subcomunidades, la centralidad detecta los nodos más importantes.

Gephi tiene muchas más herramientas de análisis, pero en este tutorial vamos a hacer algo muy simple, en primer lugar porque la intención de este texto es servir de iniciación, y en segundo lugar porque y yo tampoco se hacer muchas más cosas con Gehpi.

Una vez hemos sacado las estadísticas, nos vamos a la columna izquierda, en clasificación, ahí podremos modificar el tamaño y color de los nodos, la bolita de colores es el color de los nodos, y el triángulo el tamaño de cada nodo, para asignar colores a los nodos vamos a seleccionar como parámetro «Modularity Class», que calculamos antes, pulsamos en el botón Aplicar y se colorean los distintos nodos.

Después haremos lo mismo para el tamaño de los nodos, eligiendo la centralidad (Eigenvector Centrality).

Una vez tenemos el tamaño de los nodos, vamos a Distribución (abajo), donde coloca los nodos, en función de los enlaces y su centralidad, yo suelo usar «Fruchterman Reingold», este proceso es mucho más lento, y lo veremos de manera gráfica, como los nodos tiran unos de otros y se van colocando en función de sus enlaces.

Otra posibilidad que nos permite Gephi es usar filtros, de manera que no visualicemos todos los nodos, una vez hemos calculado de centralidad de los nodos podemos usar solo lo nodos más importante, de esta manera podemos analizar miles de nodos, y después quedarnos con los nodos, más releventes. Para hacer esto usamos la columna derecha, en el apartado Filtros, en Biblioteca/Atributos/Rango encontramos «Eigenvector Centrality», que arrastamos hacia abajo.

Manual con el que yo dí mis primeros pasos: http://www.manuelalucas.com/?p=53

Página oficial de Gephi: https://gephi.org/

Visor para web: https://github.com/raphv/gexf-js

Aplicación para extraer redes de Facebook: https://apps.facebook.com/netvizz/