El pasado Sábado estuve en el preestreno de Techo Y Comida, una película que revuelve conciencias y no ha dejado indiferente a nadie de los que la hemos visto, solo necesita mostrar lo que pasan las personas que viven estos dramas para señalar las contradicciones de nuestra sociedad, y aunque todos sabemos que existen responsables de las desgracias que están sufriendo miles de personas, por el egoísmo de unos pocos, también me ha hecho pensar en como se comporta nuestra sociedad con las personas que peor lo están pasando. Estoy de acuerdo en que la culpa es «del sistema», pero en nuestras sociedades no existe justificación para que a nadie le falte techo y comida y no son solo «los que mandan» los que podríamos hacer mucho más, y Juan con esta película ha hecho mucho.
Tras ver la película lo que he sentido me ha recordado algo que vi, o viví, hace un par de años, Techo y Comida es una película, y lo que vi era la vida real, pero se parecen demasiado. La misma ciudad, probablemente el mismo año en el que está ambientada la película, en la realidad el protagonista era un hombre y una niña, probablemente su hija, en la película es una madre y su hijo y las edades seguramente sean similares. Era el comienzo del curso escolar, este hombre estaba buscando en un contenedor de basura, sacó una mochila infantil, y se la entregó a la niña, que mostró varios gestos de alegría, y mientras el padre seguía buscando la niña le hacía fiesta a la mochila, la miraba varias veces y sonreía, como un padre quiere que sonría siempre su hija, como cuando eres féliz solo porque ver a un niño feliz, pero en ese momento mis sentimientos no eran solo de felicidad, tuve sentimientos bastante contradictorios, ya que ver a esa niña tan feliz se mezclaba con varios sentimientos, rabia, indignación y tristeza, esa tristeza que te provoca cuando ves a un niño ser feliz porque todavía está protegido por sus padres, desconocedor de lo hostil que es y será la sociedad con ellos.
A veces las cifras de pobreza, desahucios y precariedad o la prensa no son suficiente para entender la situación de sufrimiento que están, no soportando, sino destruyendo a miles de personas, probablemente ni ese suceso que viví ni esta película sean suficiente para que seamos capaces de comprender lo que sufren tantas personas
He colaborado con organizaciones que trabajaban con los más desfavorecidos y he conocido a muchas de estas personas, pero aquel pequeño suceso que presencié fue el que más me ha acercado y me ha hecho comprender los sentimientos de quienes se ven abocado a la pobreza, y esta película ha despertado en mí sentimientos muy parecidos.
Techo y Comida, una película de Juan Miguel del Castillo que enfoca la cámara hacia la situación que viven miles de personas e introduce a toda una sala de cine en en el corazón de Rocío, interpretada magistralmente por Natalia de Molina. La película esta financiada por Crowdfunding.
Techo y Comida se estrena en cines el 4 de Diciembre
No dejes de verla
Que decir de esta película que transmite tanta veracidad no sé si por conocer lo lugares de rodajes, actores y lo que se esconde detrás de ellos o por lo que refleja la película lo estamos viendo día a día y miramos hacia un lado. Cuando te sientas frente a la pantalla a ese hijo que cuida a su madre y a esa madre que cuida de su hijo e intenta tirar hacia adelante. La tristeza, soledad, ansiedad que transmiten los personajes. Los detalles cuidados de cada escena. No dejan indiferente al que la ve. Lloré y lloré como hacía tiempo que no lo hacía aún recuerdo escenas y me emociono porque en ellas veos reflejadas a muchas personas con nombre h apellidos que día a día intenta salir adelante